domingo, 24 de junio de 2012

Reflexiones de domingo

Ayer me levanté con sensaciones extrañas, que quise compartir en las redes socials como un pensamiento, sin más. Pero levantó revueltas. No, no estoy embarazada. Pero se mezclan sentimientos que a una le hacen sentirse así, extraña.

No son ni buenos ni malas. Me causaba alegría saber que parte de mi familia se embaracaba en una viaje a Miami y no puedo olvidar el vivido hace casi un año por toda la familia al completo, en Cuba. Viaje espectacular e inolvidable, que aflora al aproximarse las fechas.

También me causa cierto revuelo interior el saber que faltan 6 días para asistir a la primera boda en la que la protagonista es una amig. Crecimos juntas. Y trás veinte años de amistad, sus amigas le preparamos algunas "sorpresas" para el día después. Ella, tan chiquitilla, tan flamenca... ¡¡Se casa!!

También tengo algunos sentimientos extraños tras haber acabado nueve meses de trabajo. Intensos, acostúmbrandome a una rutina que no tenía, a un nuevo trabajo, un nuevo sector, pero que finalmente ha resultado ser un cúmulo de magníficas experiencias. Me voy con la satisfacción de un trabajo bien hecho y con la pena de que la actual crisis no nos permita seguir. El trabajo con el movimiento asociativo y del voluntariado me ha entusiasmado. En septiembre volveré, pero no por mucho tiempo...

Cierto revuelo también siento al saber que tenemos que dejar el piso donde llevamos siete meses viviendo y el que ha sido nuestro primer hogar para independizarnos. No muy bonito, ni muy grande, ni muy luminoso... ¡pero era nuestro hogar! Lo dejamos para volver a la casa donde pasé mi niñez y donde nunca pensé volver pero que hoy, por circunstancias de la vida, se convierte en mi próximo destino.

En fin, creo que tengo derecho a sentirme un poco "rara", ni bien ni mal, rara. Y aún hay ahí dentro algunas otras cosillas que me remueven. Pero, insisto, no estoy embarzada.

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