martes, 9 de abril de 2013

Del estreno de “La Mula” y otras anécdotas.



Hacía tiempo que no tenía tantas ganas de escribir unas reflexiones en este modesto blog. Pero hoy me ha dado de nuevo el subidón de cuando tienes unas ideas  en tu cabeza y necesitas soltarlas.
Esto es lo que he sentido cuando leo entre viejos compañeros de rodaje que se acerca el estreno de “La Mula”.

Aún recuerdo la tarde de octubre que llegué a casa del gimnasio y tenía una llamada perdida en el móvil de un número desconocido, al cual volví a llamar sin respuesta. Pero tenía la intuición que de algo bueno se trataba. Estaba en un momento de la vida en que necesitaba un cambio, una buena experiencia que me marcara.  Así que ni corta ni perozosa dejé el móvil en el lavabo mientras me duchaba; sabía que iba a sonar. Y sonó. Sonó mientras me enjabonaba la cabeza, y tal cual salí de la ducha a responder esa llamada que me estaba esperando.

Recuerdo también la emoción al tomar los pocos datos que sobre la producción me dieron en ese primer momento. Recuerdo las pocas palabras que encontraba para contarle a mi madre lo que me estaba pasando. Recuerdo una noche en vela. Y recuerdo también, con cierta nostalgia, llegar al día siguiente a las prácticas que realizaba en la Universidad y despedirme de mis compañeros que tan bien me habían acogido y tan satisfechos estaban con mi trabajo. Pocos entendían que dejara lo poquito que tenía en ese momento para embarcarme en un proyecto de apenas unas semanas.

Pero lo hice. Y fue la mejor experiencia de mi vida.
El director comprobando un plano


Recuerdo como si fuese hoy mismo el camino en mi Ka rumbo a Montoro y la entrevista con el que sería mi jefe (Rubén). Fue muy buena su cara al verme llegar tan mona, con mi vestidito y mis manoletinas. Pero dije que al día siguiente volvería preparada para “la guerra”, y así lo hice. También recuerdo que cuando  nombró que mi puesto sería de meritoria de producción no pude evitar acordarme de los apuntes de la carrera de Rocío de la Maya, en que describía este puesto como “el chico del café”. Por suerte, no tuve que llevar a nadie ningún café durante el rodaje.

No olvidaré nunca mis primeras horas en un set de rodaje. Era “la chica de producción” (todos los demás eran chicos) y creo que en poco tiempo me gané la confianza y el cariño de los que me rodeaban en el trabajo, o así lo percibo yo con el paso del tiempo. 
Algunos de los actores principales y Director (Michael Radford)

Tampoco puedo olvidar mis primeros pasitos en furgoneta. Mi mandíbula se desencajó cuando me dieron las llaves y me explicaron uno de mis cometidos diarios: transportar a la jet set de actores desde el hotel hasta el rodaje. Algún que otro percance hubo, pero nada grave ni que no solventara. El cambio de mi Ka a una furgoneta de 9 plazas también es algo que no olvidaré.

El bullicio diario de actores, cámaras, sonido, producción, dirección, equipo artístico… aún hoy lo recuerdo y se me pone el vello de punta.

Este pequeño trabajo que realicé me abrió las puertas de una segunda colaboración cinematográfica, pero no es igual. El solitario mundo del cásting no tiene nada que ver con el ajetreado y masificado día a día en un  rodaje. Esa es la verdadera esencia del cine.

¡¡Fueron tantas las personas que conocí…!! Aún hoy me acuerdo de ellas.
Aquí dejo una foto sacada del bául de los recuerdos con algunos actores.


Y es que, el día 10 de mayo, por fin después de cuatro años desde su rodaje, “La Mula” se estrenará en el mejor de los escenarios posibles, el Festival de Cine Español de Málaga. 

Quédense a ver los créditos pues mi nombre aparecerá en los últimos puestos como “meritoria de producción” o “la chica del café”.

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