No le pidas peras al olmo

Constantemente he manifestado aquí las ganas que tenía de independizarme, de tener un pisito que decorar a mi gusto y estar con quien yo quisiera, invitar a las amigas a cenar, que la family venga a comer o, simplemente, tener un huequito donde ver una peli un domingo por la noche, sin tener que estar dependiendo de maletas, trenes, coche, horarios...

Pues bien, casi por casualidad, ha llegado ese día.

 

Esta noche será la primera que Dani y yo pasemos en nuestro nuevo hogar. No es muy grande, distribución "destartalá", pero acogedor. Y, lo más importante, es ya nuestro hogar.

No sabemos si por mucho tiempo (esperemos que sí) o poco, pues dependerá del camino por el que nos lleve esta vida. Pero es una manera de empezar una vida juntos; una vida que ya llevamos dos años compartiendo desde la distancia. Sabemos que no será fácil, pero tenemos que intentarlo. 

Y, en este nuevo camino, también nos acompañará Lira. De hecho, el piso lo hemos cogido a su gusto, para que tenga un pequeño patio donde estar. ¿Es posible que un perro influya en la decisión de escoger un piso? Pues sí, ¡¡y mucho!!

Como dice el título de este post, no le pidas peras al olmo. Tenemos lo que nos podemos permitir, y  con nuestras posibilidades intentaremos hacer de este nuevo hogar un lugar confortable para vivir y que sea acogedor para todas las personas que esperamos pasen por él, familia y amigos.